El riego por capilaridad es una técnica de irrigación que está ganando popularidad entre los amantes de las plantas por su eficiencia, sostenibilidad y facilidad de implementación. Si buscas una forma de mantener tus plantas hidratadas sin preocuparte por regarlas constantemente, esta guía es para ti.
En este artículo aprenderás qué es el riego por capilaridad, cómo funciona, qué materiales necesitas para hacerlo tú mismo en casa y para qué tipos de plantas es más recomendable. Además, te explicaremos los beneficios ambientales y prácticos que lo convierten en una excelente opción, sobre todo si te interesa el ahorro de agua o sueles estar fuera de casa.
¿Qué es el riego por capilaridad?
El riego por capilaridad es un método de suministro de agua a las plantas que aprovecha la capacidad de algunos materiales (como telas o cordones) para transportar agua desde un depósito hasta el sustrato de forma constante y controlada.
Este tipo de riego imita el proceso natural con el que las plantas absorben agua desde el subsuelo: la humedad sube lentamente por el medio de cultivo gracias a la acción capilar. Es decir, el agua “sube” sin necesidad de presión, bombas o sistemas eléctricos.
¿Cómo funciona el riego por capilaridad?
El principio básico detrás del riego por capilaridad es sencillo:
- Se coloca un depósito de agua (puede ser una botella, balde o bandeja).
- Se usa un material absorbente como una mecha de algodón, lana, tela o cuerda.
- Un extremo de la mecha va dentro del depósito de agua, y el otro dentro de la tierra de la maceta.
- El agua fluye poco a poco desde el depósito hacia la tierra, manteniéndola húmeda constantemente.
Este proceso ocurre gracias a las fuerzas de adhesión y cohesión del agua, que le permiten “escalar” a través de fibras porosas y llegar al sustrato cuando este lo necesita.
Materiales caseros para un sistema de riego por capilaridad
Una de las mayores ventajas de este método es que puedes implementarlo fácilmente en casa con materiales reciclados o económicos. Aquí te dejamos una lista de elementos comunes que puedes utilizar:
- Botellas de plástico (como depósitos de agua)
- Cuerdas de algodón o de zapatos (lavadas)
- Toallas viejas o camisetas de algodón cortadas en tiras
- Macetas con agujeros de drenaje
- Bandejas o recipientes anchos para colocar debajo de las macetas
- Macetas autorriego hechas en casa (corte de botellas con doble compartimiento)
Este tipo de riego DIY es ideal para quienes buscan soluciones sostenibles, de bajo costo y que además permitan reutilizar materiales.
Cómo hacer un sistema de riego por capilaridad paso a paso
Te explicamos cómo crear dos tipos de sistema de riego por capilaridad: uno lateral y uno inferior. Ambos funcionan muy bien y puedes adaptarlos según el espacio o tipo de planta.
Sistema lateral (con mecha)
- Llena una botella de plástico con agua.
- Inserta una cuerda de algodón larga dentro de la botella.
- Coloca el otro extremo en la tierra de tu planta.
- Asegúrate de que la cuerda esté bien enterrada y en contacto con el sustrato.
- Sitúa la botella a un nivel más bajo que la maceta para regular el flujo.
Sistema inferior (con bandeja)
- Coloca una bandeja poco profunda debajo de tus macetas.
- Llena la bandeja con agua.
- Usa una tela absorbente que conecte el fondo de la maceta con la bandeja.
- El agua subirá por la tela y se distribuirá en el sustrato según sea necesario.
Este sistema es ideal para agrupar varias plantas al mismo tiempo y regarlas desde un único punto.
¿Qué plantas se benefician del riego por capilaridad?
No todas las plantas necesitan el mismo nivel de humedad constante, por eso es importante saber cuáles responden mejor a este método. Aquí te dejamos algunas opciones:
Plantas ideales para riego por capilaridad:
- Helechos
- Calatheas
- Potos (Epipremnum aureum)
- Bambú de la suerte
- Violetas africanas
- Cactus y suculentas (si se adapta la frecuencia y duración del sistema)
- Plantas aromáticas como la menta, el orégano y la albahaca
Evita usar este sistema con especies que requieran sustratos muy secos entre riegos, como la lavanda o el romero.
Ventajas del riego por capilaridad
Este tipo de riego no solo es práctico y económico, también tiene beneficios ecológicos que lo hacen aún más atractivo:
- Ahorro de agua: Al regar solo lo necesario, se desperdicia menos líquido.
- Evita el encharcamiento: El sustrato solo absorbe lo que necesita.
- Ideal para vacaciones: Tus plantas estarán regadas durante varios días sin intervención.
- Cero electricidad: No requiere bombas ni temporizadores eléctricos.
- Fácil mantenimiento: Puedes adaptarlo, desmontarlo o limpiar los materiales rápidamente.
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Cuidados y recomendaciones
Para que el riego por capilaridad funcione correctamente, ten en cuenta los siguientes tips:
- Cambia el agua del depósito cada semana para evitar que se estanque.
- Limpia las mechas de vez en cuando para eliminar restos de tierra o moho.
- Usa sustratos ligeros y aireados para facilitar la absorción.
- No todas las cuerdas sirven: evita materiales sintéticos que no absorban bien el agua.
- Si notas que la tierra está demasiado húmeda, reduce el contacto de la mecha o cambia la altura del depósito.
¿Por qué elegir riego por capilaridad?
Si estás buscando un sistema eficiente, ecológico y fácil de mantener, el riego por capilaridad es una solución perfecta para tu hogar o jardín urbano. Puedes personalizarlo con materiales caseros y adaptarlo a tus plantas favoritas, incluso si no tienes experiencia previa en jardinería.
Además, con el aumento de las temperaturas y la necesidad de conservar el agua, este tipo de técnicas son cada vez más valoradas por su impacto positivo en el medio ambiente.
Conclusión
El riego por capilaridad es una técnica sencilla pero poderosa que permite mantener tus plantas hidratadas sin esfuerzo, y con un impacto ambiental mínimo. A través de materiales caseros y una instalación simple, puedes crear tu propio sistema de riego eficiente y económico.
Ya sea que tengas un pequeño huerto urbano o una colección de plantas de interior, esta guía te ayudará a empezar con buen pie y dar un paso más hacia una jardinería consciente, práctica y sostenible.